jueves, 27 de diciembre de 2012

'En el nombre del Rey': El arte de hacer reír sin pretenderlo

'En el nombre del Rey': El arte de hacer reír sin pretenderlo

Es la noche del 25 de diciembre y tras los excesos etílicos y gastronómico del día anterior, hago del sofá mi reino y de la televisión el vehículo para apurar las últimas horas de la jornada en un clima de relax y entretenimiento. Una vez más, la ramplona programación que se oferta en estas fechas, me condenaba a un compulsivo cambio de canales que no me llevaba a ningún sitio.
Cuando creía que nada podría rescatarme de ese angustioso tedio, mi móvil vibró merced a un mensaje vía 'WhatsApp' que rezaba: "peliculón en La Sexta".

Al principio esta recomendación me causó cierto recelo, dado que no se caracteriza esta cadena por apostar por un cine que vaya mas allá de estrellas del cine de acción venidas a menos repartiendo mandobles a gogó. No obstante, ante la ausencia de alternativas y teniendo en cuenta la afición por el cine serio de la que siempre hacía gala mi interlocutora decidí hacerle caso. Una vez pulsado el botón 6 de mi mando a distancia, ante mis ojos apareció una película que contra todo pronóstico, se quedaría grabada en mi retina para siempre.

Me estoy refiriendo al delirante film titulado "En el nombre del Rey", que inmediatamente recordé de ver en anuncios promocionales de la cadena, como 'telonera' de la tercera entrega de 'El Señor de los Anillos', que se emitía al día siguiente. Tras un primer impulsó de cambiar inmediatamente de canal, pensé "vamos a ver a donde nos conduce esto". No tardaría en darme cuenta de que iba a merecer la pena haber plantado mis catódicas posaderas en lo que se revelaría como uno de los últimos grandes disparates del cine norteamericano.

Como dejaba claro la promoción de La Sexta, 'En el nombre del Rey' no era sino un vano y desafortunadísimo intento de realizar un film al rebufo del éxito de 'El Señor de los anillos', sólo que rodado en cuatro descampados y un plató, con un vestuario comprado en alguna tienda de disfraces de Los Ángeles y con cartel actoral de auténtico 'lujo'. El siempre acrobático e inexpresivo Jason Staham a la cabeza flanqueado por Ray Liotta y Burt Reynolds , el cual se ha arruinado tantas veces que ya hace lo que sea por dinero. Debo confesar que lo de menos era el guión, que por supuesto, no tenía ni pies ni cabeza aunque francamente, eso es lo de menos cuando hablamos de un largometraje como este.

Para empezar resumiré este proyecto como una película cómica que no pretende serlo y en la que la frase "esto no puede ir a peor", perdía siempre vigencia en la siguiente secuencia. Por que ¿quién no se reiría de un personaje caracterizado igual que Légolas, sólo que en este caso el actor que lo encarna es completamente bizco? o ¿a quien no le sorprendería al menos que el villano (Ray Liotta) de una historia situada en lo que parece ser la Edad Media, gaste un atuendo compuesto por una chaqueta de cuero y un tupé digno de un imitador de Elvis afincado en Las Vegas? Creanme, esto no acaba aquí, ya que los equivalentes a los orcos creados por Peter Jackson, en este caso lejos de infundir terror provocan la misma hilaridad que hace veinte años provocaban 'los masillas' de la inolvidable serie 'Power Rangers'. Los pobres ponían empeño pero tanto en aquella serie como en ésta película, el vestuario confeccionado a granel no les ayudó a dejar de parecer irrisorios.

 No entrare a describir las batallas por que estamos en Navidad y estoy agotando el cupo de la crueldad, pero si sería traicionarme a mi mismo sino hablar de la ambientación. Por que, que el mundo que describe esta cinta sea semi mágico no justifica que grandes rocas que caen de una ladera reboten como..... ¿si estuvieran hechas de cartón-piedra? o que cuando un mago hace que las espadas vuelen, éstas se conviertan de repente en espadas de dibujos animados o diseñadas por un programador de videojuegos de los noventa. Por no hablar de los fondos digitales de dudosísima factura que simulan ser majestuosos castillos.

Concluiré refiriéndome a los actores. De Jason Staham poco diré porque como dice mi abuela, de donde no hay, no se puede sacar. Burt Reynolds nunca ha sido un buen actor y desde luego poco le ayuda la ingente cantidad de botox que luce para ampliar una expresividad que jamás a tenido. Por último, sorprende el penoso trabajo de un Ray Liotta al que siempre he tenido en buena consideración. Desconozco si ha sido algún caro divorcio, alguna cara adición, o ambas cosas las que han llevado a estos intérpretes a tomar parte en este tremendo desvarío, pero benditas sean estas desgracias si gracias a ellas nace algo que me hizo disfrutar y reírme tanto como 'En el nombre del Rey'.



DAME MÁS TELE

Este es mi primer 'post' a modo de bienvenida a 'Dame más tele', un espacio el que me propongo a compartir con vosotros mis opiniones, impresiones, experiencias, y anécdotas relacionadas con el mundo de la televisión, especialmente con la parte mas cutre, zafia y ausente de buen gusto del mundo de la caja tonta. Intentaré desde esta humilde plataforma tratar todos los palos de este desastroso pero siempre entrañable mundo: desde los 'realities' mas abyectos, pasando por los programas rosas asi como por las películas y series de dudosa calidad.

Espero que mis comentarios y reflexiones sean de vuestro agrado tanto a los que renegais de esta forma de 'entrener' al público como a los que como yo, consideramos que la 'telebasura' es tan criticable como divertida, ya  que de una forma u otra, de eso se trata la TV al fin y al cabo, de sentarte en el sofá y tratar de pasar el mejor de los ratos posibles, como espero que lo paseis perdiendo un poquito de vuestro tiempo para visitarme, leerme o comentarme cualquier cosa que se os pase por la cabeza. 

Muchas gracias a todos de antemano!!!!.